«A los propietarios les encanta el arte y tienen una pequeña colección, así que nos inspiramos en la idea de una galería de arte«, nos cuentan desde el estudio. El planteamiento fue crear un espacio en blanco con distintos puntos de atención. «La idea fue convertir algunas de las piezas de mobiliario y sus necesidades en las obras de arte que se exhiben en el espacio; como la isla de la cocina, el techo del comedor, o la bañera elevada sobre una plataforma».
Para crear estos elementos de acentuación, uno de los recursos que emplearon los diseñadores fue el color. «Queríamos basarnos en colores muy puros, casi primarios, como un rojo intenso y el azul profundo de la entrada a la vivienda». En contraposición, utilizaron los tonos pastel del terrazo de la cocina y el rosa suave del tapizado de las sillas de comedor, para rebajar un poco el efecto de los colores saturados.