LA ZONA DE DÍA: EN TORNO A LA COCINA COMEDOR
La casa de Bea gira en torno a un espacio central, abierto y luminoso, en el que se ubican cocina y comedor y desde el que se accede al resto de las estancias.
La distribución original respondía a un esquema antiguo, organizadas a lo largo de un pasillo estrecho y de forma longitudinal. Las antiguas zonas de servicio (cocina, dormitorio, baño) se orientaban hacia el interior, con apertura a un patio de luces; y las zonas de día se orientaban a la fachada principal. Todo repartido a izquierda y derecha de un pasillo oscuro.
Para crear el espacio familiar que necesitaban, optaron por un espacio abierto, con una continuidad en acabados, que van rompiendo a base de pinceladas decorativas y de color. La luz natural entra desde la fachada principal a través de las aberturas del muro de carga que recorre la vivienda, y gracias a este concepto abierto, se combina con la luz más suave que entra a través de las ventanas de la cocina, orientadas hacia el patio.
La zona de estar se abre a través de estas embocaduras, y convive con el espacio de trabajo, una zona neurálgica de la casa, porque aquí pasan numerosas horas de trabajo Bea y Javier.
A partir de ese espacio central, accedemos a los dormitorios.