Serie color: verde esmeralda

Ya sabéis que durante todo este año, y hasta que el próximo otoño Pantone anuncie el nuevo color elegido, el verde esmeralda es el color del año, según la multinacional fabricante de «colores». En su día y cuando se anunció la designación, ya dedicamos un post al color Emerald 17-5641. Hoy retomamos el tema para arrancar una nueva categoría de entradas en Ebom: Serie Color. Cada viernes, dedicaremos un post al color seleccionado, con las mejores fotografías, propuestas de combinaciones, tendencias, etc.

He elegido el verde esmeralda porque, además de ser el color del año, es un color fresco, muy vinculado a esta época del año, cuando arranca la primavera y llegan las lluvias. En general, este tono no es muy apreciado en decoración como color base. Quizá porque su presencia es muy potente, es un color intenso, absorbe mucha luz y provoca cierta inquietud, porque incluso en sus tonos más bajos resulta brillante. Pero si queremos aportar un toque de atrevimiento, podemos arriesgar en las paredes y otros elementos estructurales. El resultado será, casi siempre, sensación de frescura y de importancia.

Su presencia en detalles o incluso en algunas piezas importantes de las estancias (muebles grandes, tapizados, etc.) aporta estilo, especialmente cuando se utiliza en superficies de acabados brillantes. Las tapicerías sofisticadas, como la chenilla o el terciopelo, en verde intenso (¡quién no recuerda las cortinas de Scarlett O’hara en Lo que el viento se llevó!) aportan mucha sobriedad y añaden un toque de sobriedad o exclusividad a los muebles.

Si lo vamos a utilizar de forma arriesgada, ¿por qué no arriesgar también a la hora de combinarlo? Si nos atrevemos, lo mejor son los azules intensos, malvas, rojos, blancos en contraste. Si nos mantenemos en el terreno convencional, los amarillos, beiges y anaranjados serán los más comunes.