Una de las consultas más recurrentes que solemos recibir es sobre la decoración de las paredes. Y no sólo de clientes, a menudo también es una de las consultas que nos hacemos entre compañeros. Cuando concebimos un espacio y nos contratan para su decoración, llenar las paredes suele ser un reto. No todos disfrutamos de una colección de arte, ni por presupuesto, ni por tiempo, ni por interés, etc. Y cuando hablo de arte no me refiero a piezas que cuestan cifra astronómicas, o que son una inversión, me refiero a piezas que pueden ser ilustraciones, fotografías, cuadros, láminas, etc. que encajan en nuestro espacio, que nos aportan el acabado que queremos, que nos añaden color y alegría.